Fui sirenita bella en el mar de tu vientre
Fui ángel alado alzada en tu abrazo
Fui la mejor muñeca de tu mano siempre
Fui libélula triste, encontré tu regazo
Fui princesa candorosa para tus ojos
Doncella inmaculada a tu preciosa mirada
El cristal de tu alma estalló en mil enojos
Cuando a tu niña de seda viste enamorada
La vida con sus tules y andar la envolvió
Sellaste tus labios por no verla infeliz
La lluvia en tus ojos ni siquiera se vio
Y quedaste muy sola cual una flor de Liz
La vida no para, irremediable en seguir
Lloraste en silencio cuando debió partir
Hoy repite tu historia, es igual para ti
Para miles de seres volverá a ser así
Con tus largos silencios hablabas sin decir
Tu pasito menudo aún se puede sentir
El tiempo inexorable te quiso para sí
Estás sin que te vea, tu perfume está aquí
Fuiste su estrella y serás hoy su guía
Fuertes campanadas que se lleguen a oír
Retumba en el cielo y mensajes le envía
Diciendo: - Las madres no deben partir-