Mi momento en el mundo.

sábado, 30 de junio de 2012

Vacío


Mis brazos   abrense  para sentirte
mis manos se estiran para tocarte
abrazo perdido atado al vacío
nublados  sentidos, rotos de hastío.

Alcanza la bruma penas de amores
llenando vacíos con más dolores
buscando te pierdo, presa en pasiones
delirios de un tiempo sin ilusiones.

Rojiza la rosa rota, memoria
jirones que quiebra el tiempo, historia
te pierdo  buscando noches de vino
me encuentra inconciente, sola el destino.

Tic, tac, melodía o tortura...


   Tic, tac, toc, tac,tic, tac
Monotonía marcada por un reloj colgado en la pared,
único sonido de esta tarde gris, gris hielo, gris plomizo,
   Un invierno que solo muestra sus grises húmedos de calima espesa
  Grises los días tan nublados como las almas somnolientas o insomnes.
Sonido bajo, perturbador, de horas que se alejan
perdiéndose en el conjuro del tiempo infinito.
Una arruga más, un pendiente más, un no se que
fallando en el tiempo que pasa desfachatado, provocador.
Tic, tac, único resquicio de movimiento,
impávido espíritu que no atina a desperezar su día.
Faltan risas, tal vez llantos o canciones
que anuncien que hay vida detrás de ese silencio.
Tic, tac, único anuncio de vida, vida de las horas que llegan, pasan y se van
dejando un espacio vacío, yerto, espacio que queda esperando tal vez
 el sonido del teléfono que sacuda con alguna voz amiga
los grises mas grises de este día ausente de alegría.

domingo, 10 de junio de 2012

Hola, soy Billy...!


   La señora de la casa blanca quería tener un perrito, no quería comprar uno de esos que son “de raza”, porque le parece que no son inteligentes.
   Un día la mujer que tiene a mi mamá me llevó a casa de esa señora con mi hermanito, ella me vio, me alzó, me abrazó y me llenó de besos.
   Me quedé a vivir en esa casa con ella, el primer día extrañé a mi mamá y a mi hermanito, también extrañé a los chicos de la otra casa.     Para que no llore a la noche, puso mi linda camita al lado de la de ella y cuando yo lloraba me daba su mano, yo me acurrucaba y me quedaba dormido nuevamente.
   Ahora ella es mi mamá, me mima, me baña y da la comida, yo estoy feliz, además tengo también un papá y una abuelita.
   La abuelita me quiere, pero a veces me reta porque yo quiero jugar y cuando le toco las piernas le da miedo de caerse, entonces yo dejo de saltar cerca de ella; aunque al rato me olvido y la molesto otra vez.
   El otro día vino visita a la casa y dijo que yo tenía olor a perro, ¡Ja!...el tenía olor a humano y yo lo saludé igual, pero yo tenía olor a perrito bañado y perfumado, porque mi ama me había bañado con agua tibia con shampoo y crema de enjuague y después me secó con un aparato que larga viento calentito para que no me de frío. ¡Quedo con un perfume de lindo!
   Mi nombre es Billy, estoy feliz, tengo juguetes para mordisquear, porque no quieren que ande rompiendo cortinas o la colcha de la cama aunque hay veces que me olvido que no tengo que romperlas y después me escondo detrás del sillón para que no me encuentren para retarme, ¡Yo no se como hace, pero siempre me encuentra, eso que yo me hago chiquitito!...
   Dice que soy una “Bolita de pelos” o un “Pompón de algodón” de color café con leche y que tenga carita de bueno.
   Ella dice que soy un perrito de raza Pichicho, que es la mejor de todas las razas… y si ella lo dice…seguro que es verdad…

miércoles, 6 de junio de 2012

Noche oscura

 No me gusta conducir en la noche, las luces enceguecen mis gastados ojos, mis anteojos me hacen ver destellos multicolores que por instantes, me dejan en el medio de la nada, sin rumbo, sin mañana. Tampoco me gusta que en el volante, otro tome mi lugar porque el temor endurece mis piernas inventando unos pedales con los que no puedo frenar.
    La ruta está oscura, su negrura y el silencio hace que a los ojos les cueste mirar el camino de curvas y contra curvas, las blancas líneas con taquitos fosforescentes que marcan el centro me hipnotizan, desvío la mirada a la línea larga sin cortes que marca la banquina inexistente. Bajo la ventanilla intentando inútilmente que la fresca brisa, aleje de mí el sueño, sueño blanco que le llaman, aprieto con más fuerza el acelerador, quiero llegar al pueblo pequeño donde vivo, ya a lo lejos puedo divisar las luces del iluminado Campo Santo. Puedo ya distinguir los mausoleos antiguos donde reposan los huesos de los antiguos habitantes, las cruces que tenebrosas asoman por los tapiales lúgubres.
   Se me viene a la imaginación una espectral noche de brujas, en la que algún ánima en pena con sus carnes podridas descolgadas en jirones se me atravesará de repente, imagino el chirrido de los frenos, con el olor nauseabundo de la muerte que me lleva a volcar y caer por el precipicio dando tumbos y más tumbos, con su cara pegada al parabrisas, riendo con una boca de pocos dientes, y los pocos dientes negros y afilados. Ríe y ríe con una risa sarcástica, endemoniadamente aterradora.
   Ya viene la curva, la última curva de mi ruta, suspiro profundamente aliviada, porque nada pasó como lo imaginaba, Ya puedo ver el  surtidor de combustible y doblo a la izquierda, llego a mi casa donde podré cerrar mis rojizos ojos  cansados de escudriñar la oscuridad.
 Mañana…mañana será otro día…