Coloqué rosas negras en mi lecho
regadas con el llanto de mi sangre
caricias que no avanzan por mis pechos
ni besos que me llenan de deseos
Mi alma que se desnuda, como el cuerpo
espera tu regreso
sácame del infierno
de no sentir tú aliento
subiendo a ritmo lento
buscando mí elemento.
Usúrpame la vida con tu fuego
devuélveme a la muerte si no vienes
si quitas el almíbar
prefiero estar inerte.
Sácame de este luto
que acosa mis entrañas
regálame tu fruto
más vete en la mañana.
Tómame como nunca tú lo has hecho
y déjame esperándote al acecho.