Mi momento en el mundo.

sábado, 4 de abril de 2015

¿POR QUÉ?


¿Que hice mal?
¿Qué es lo que no hice?
¿Cuánto dejé de hacer?
¿Por qué la tortura de mi mente?
¿Por qué este corazón quebrado?
¿Por qué mis ojos se empequeñecen
por lágrimas que ruedan silenciosas
sin destino, sin morir?
Se mantienen vivas, se reproducen,
se anticipan a la anterior, hasta secar el alma.
Duele sin dolor la angustia de no saber.
Es llama que devora en el infierno
de mi interior.
Es boca que grita en silencio,
y queda esperando la respuesta.
El día y la noche son un vacío
en los que busco el tesoro del ¿Porqué?
Tal vez no existe,
tal vez murió de tantos intentos.
Tal vez se llame “ingratitud”.

Tal vez, tal vez…

ESTA NOCHE

En esta noche clara
puedo sentir el sonido  silencioso.
Se empequeñece el ser
frente a la inmensidad.
Hace brotar los versos
escondidos en el alma,
para dejarlos en el baúl de las memorias.
Los oscuros murallones caen rendidos
al pie de las estrellas,
el espíritu se estremece
ante toda su beldad.
Calladamente susurra:
¡No la dejes ir,
sueña, vive, delira,
que la magia desaparecerá,
cuando la noche se rasgue en nuevo parto
y de a luz, otra mañana!

Ingratitud