Mi momento en el mundo.

martes, 4 de mayo de 2021

INSEGURIDAD

 ¿Se puede aceptar la inseguridad como forma de vida?


 Nos estamos acostumbrando a decir “es cosa de todos los días, suerte que no pasó nada, suerte que estamos vivos”, lo decimos como si un tiroteo fuera algo normal, como si que nos saquen nuestro móvil,  nuestro automóvil,  nuestro dinero, todo ganado con sacrificio, fuera algo normal, pero ¿es realmente normal?.

   No, no es normal, no debemos naturalizar, ¿que nos pasa?

   Nos pasa, que no nos han enseñado nuestros derechos ciudadanos, pasa que no nos enseñaron a pensar, nos han enseñado “que pensar” en todos los órdenes de la vida, nos dijeron “esto es así porque yo lo digo” y son pocas las personas que se animan a pensar por sí mismas, la mayoría sigue a la manada.

  Leemos lo que nos dicen que tenemos que leer, pero no leemos ni buscamos leer otros puntos de vista, tal vez porque nos da miedo debatir o confrontar nuestras propias conclusiones, así las situaciones políticas, laborales, sanitarias y de seguridad nos van pasando por arriba y no tenemos reacción.  

   No es normal que una niña le diga a su madre “apurate mami a hacer los mandados, antes que empiecen  los tiros” o “abuela, me quiero ir a vivir con vos, porque en la calle de mi casa siempre hay tiros”, que esa niña tiemble ante un sonido de un golpe seco, tal vez porque se cayó una maceta, no, no es normal.

   No es normal tantos niños internados por balazos recibidos mientras juegan en la vereda con sus amiguitos.

   ¿Qué le pasa a la justicia? ¿Qué le pasa a los gobernantes y a todos los políticos, sean del signo que sean?

   Debe de levantar mucha fiebre o quemar todo vestigio de dignidad el tener poder, porque todos los que llegan a tenerlo se olvidan de para qué lo querían. Mientras, nosotros los ciudadanos vamos quedando sin reacción, naturalizando lo que no es natural, soportando, como si fuera nuestra obligación soportar, cuando en realidad la seguridad es un derecho y quienes tienen la obligación de brindarlo son los representantes elegidos, además de una justicia con jueces probos que no victimicen al delincuente.

 VIVIR EN EL TERROR CONSTANTE, NO ES NATURAL.