Los capitales de Don Guillermo
Doña Julia, se cruzó con Don Guillermo, se acordó que el viejo cumplía años y lo saludó diciendo – ¡Feliz cumpleaños vecino, nos van achicando los años!
-Y sí- le respondió –es que el capital va pesando-
Cada respuesta del hombre siempre le daba dolor de cabeza a la pobre, se arrepintió de saludarlo pero, a lo hecho, pecho.
-A mí me pesan los años Don, capital no tengo ninguno-
El la miró, movió la cabeza de un lado al otro y le dijo –No hablo de capitales en bienes vecina, es del capital que da la sabiduría con el paso de los años-
-Yo, ya estoy vieja y sigo siendo burra Don Guillermo, pero ya que usted cada año es más sabio, dígame algo que haya capitalizado-
-Podría decirle- contestó él- que hoy aprendí que puedo confiar más en un animal que en un político-
Asombrada y abriendo muy grande sus ojos preguntó –Eeeepa… ¿Porqué dice eso?
-Digo esto, porque el animal es tal cual como se muestra, en cambio el político se muestra como no es-
Muda quedó doña Julia, que se despidió del hombre mientras iba repitiendo las últimas palabras tratando de entenderlas. Se dijo en voz baja –Siempre igual con este viejo, lo saludo por el cumpleaños y termino descifrando lo que quiso decir. Pero ¿quién me habrá mandado…?