Difícil
resulta partir sin consuelo,
El
llanto se anuda, no existe palabra
que
pueda quitarme la escena macabra
del
adiós que diste cuando alzaste el vuelo.
Etérea
figura que ha sido el anzuelo
para la
inocencia que tu mundo labra
¡Qué
nunca consigas que un amor se abra!,
sabrás
como vivo en mi eterno duelo.
La risa
perdida me duele en tu ausencia,
mis
ojos nublados esperan clementes
abrirse
en los tuyos, sentir tu presencia.
Cenizas
del fuego de días ardientes
odiando
el amarte perdiendo la esencia,
a pesar
de todo te aguardan pacientes.