Mi momento en el mundo.

sábado, 7 de septiembre de 2013

En las horas muertas




En las horas muertas de soledad,
la batalla inicia fuerte  estocada,
por sentirlo cerca, de madrugada
la envolvió en locura  tanta ansiedad.

En la larga noche, ni la piedad
del silencio rompe, con la callada
oración que ruega su devastada
amargura,  firme con la ebriedad.

Belicoso toque  suena en el cuerno
de ese ángel oscuro y estremeció
a los mismos seres del triste infierno.

En las horas muertas, se marchitó
como flores secas del frío invierno
por su loca vida,  de amor murió.