Es solo un punto, en el espacio infinito
que es de todos y de nadie.
Un segundo,
hasta que la última hoja se pierda.
La cubren, pesan, ahogan
su raiz adormecida.
Vacío sin mañana,
harta, de los oídos hartos,
del laberinto,
de la tela de araña que la envuelve,
de cambiar almanaques que no cambian.
Alimenta el dolor
con la cobardía que no cesa.
que es de todos y de nadie.
Un segundo,
hasta que la última hoja se pierda.
La cubren, pesan, ahogan
su raiz adormecida.
Vacío sin mañana,
harta, de los oídos hartos,
del laberinto,
de la tela de araña que la envuelve,
de cambiar almanaques que no cambian.
Alimenta el dolor
con la cobardía que no cesa.