Andarivel del camino quebrado
que vanamente intentó su traspaso
desesperado el esfuerzo arreciado
por un temor escondido al fracaso.
Un habitante de pálida luna
el selenita que espera su estrella
ese mensaje de sol y de tuna
que llene el alma de miel y centella.
Caminará los senderos inciertos
llevando en manos la brújula loca
irá escribiendo de algunos aciertos
y de campana de gloria que toca.
Estrechará silencioso su anhelo
libro dorado, cubierto con velo
por si la noche lo quema con hielo
el lo rubrica con tinta del cielo.