El
helado espejo
me
devuelve tu barbilla,
tus
ojos,
los míos rebeldes,
los
tuyos, un lago de mansas aguas.
He aquí
la
imitación burda de tu imagen,
ella me
ronda
para
que te recuerde.
Tu voz
se
perdió en el viaje del tiempo.
En mi
bulle tu río,
el rojo
fluir que te hace eterno.
Siento
tu transparente figura
adhiriéndose
a mí,
hasta
el final de la curva.