Pegan las gotas en el cristal.
El gris de la tarde
me zambulle en el café
su aroma apetitoso
me invita
los rostros inexpresivos
no me ven
ciegos al mundo,
ensimismados
yo los veo
invento sus historias
en una servilleta.
La espuma pretende escapar
de mi café humeante
El túnel la devora
son mis labios
que la besan
Mientras la calle
se llena de perlas
llanto de un cielo otoñal
bebo el último sorbo
y salgo a juntar lágrimas
con mi paraguas.