Hay seres que aman la vida y aprecian todas las maravillas de la creación, desde la
magia de un día de lluvia hasta la luz eterna del sol, son seres comunicados con su propio espíritu, que viven, sienten aman y respetan todo lo que los rodea.
Tratan a todos sus semejantes con respeto, cariño y no discriminan, religión, color ni ningún tipo de banderas…están es paz con los demás y con ellos mismos.
Como seres humanos, pueden cambiar su humor si son maltratados o si los hablan en modo prepotente, con tono de voz ofensivo, ahí podrían reaccionar como una locomotora para después sentir como su sensible interior se desgarra en mil pedazos, porque quieren vivir su paz, pero no los dejan, entonces aunque aprecian y aman la vida, desean que la muerte les sobrevenga como un rayo en ese mismo momento y lugar…no tienen personalidad dual como algún Psicólogo podría vaticinar, no es que pasan de la alegría a la tristeza, es que los lacera la injusticia, el gozo que les causa a algunos el rebajar, disminuir a otro simplemente por pensar, gustar, realizar o creer de distinta manera.
En esos oscuros momentos, ven tantos vacíos por llenar, son como un agujero negro que se traga los segundos vividos felices y solo te devuelven las partículas de los malos instantes sufridos que muchas veces son más largos y duraderos que los buenos.
Entonces les queda el vacío, la nada, la incomprensión que los llena de impotencia y se dan cuenta que hasta ese momento solo tenían obligaciones, deberes, tareas, trabajos, todos sinónimos que te llevan a lo mismo, hacer todo lo que los demás esperan de ellos, y comienzan a sentir que no son nadie, que son solo pequeñitos seres, obligados a dar sin recibir jamás.
Muchos son los que llegan al final de su vida con la triste mueca de zozobra por nunca haberse rebelado para seguir el camino que hervía en sus entrañas.
Otros, un día, levantan su rostro cristalizado en sal y dicen basta, basta…no solo hay obligaciones también hay derechos.
Tienen derecho a elegir como pasar su tiempo libre, a tener gustos propios, anhelos ilusiones esperanzas que sean de su pertenencia, que en caso de no ser las mismas expectativas de otros, igual deben ser respetados.
Entonces en su interior nace la rebeldía, deciden ser personas de mente libre, hacer, sentir... esquivando las barreras negativas que quieren ahogar su grito, ya no permitirán que ningún agujero negro succione su energía positiva.
Aprenden a defender sus ideales, a algunos les lleva poco tiempo aprender a valorarse, a otros les pasan los años, pero jamás va a ser tarde para darse cuenta que es un ser valioso y que no debe perder su esencia por nadie y para nadie jamás. Entonces aprenden a defenderse y salen triunfadores, con cicatrices, pero con su alma intacta. A todos esos seres.....¡Salud...!
¿Sabés una cosa? En muchos puntos me identifico con lo que decís. Esa lucha para llegar a ser uno mismo y, en el momento en que uno se descubre, poder tomar las riendas de la elección: ¿Me acepto o sigo sometida al qué dirán? Ahí es cuando uno capta la dimensión del poder del propio ser que puja por vivir. ¡Salud! También brindo por vos.
ResponderEliminarSomos muchas en esa puja, tal vez por la educación, todo nos obligaba a ser lo que los otros esperan de nosotras....pero cuando en algún momento miramos dentro nuestro, nos damos cuenta que también somos seres independientes con gustos y anhelos propios...
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