El nuevo año dos mil trece
ocupará el calendario
mientras el anterior
amarillento y gastado
entre montones de papeles viejos
será solo un recuerdo
de días de risa y llanto
de amores y odios
de nacimientos y partidas.
Se quedará en un pasado que,
sin ser mejor que otros,
nos ayudará en este presente,
a ser los artífices de una vida feliz.
Todos los hombres del mundo,
aprendiendo de los errores,
tratemos de avanzar en la paz y el amor,
para toda la humanidad.