En ese mundo enrejado
cada cosa tiene un precio
donde el rey de la muerte
tiene el trono, por matar.
En ese mundo siniestro
cobran peaje con descaro
esas ratas y serpientes,
al que vive sin familia,
al que muere en soledad.
Sin acercarle cura
por monedas, vuelve al mundo
para apagar otras luces
por inocentes prendidas.
Así el horror en los ojos
sobrevuela con sus alas
tan negras como el destino
que le espera en su final.
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