Los ojos perdidos tras la vidriera
mesa para dos.
Ya se fue
duele
marea la cucharita de café
congelado como el corazón.
Un cigarrillo, humo, cenizas
Nieve, témpano que arrasa
Sal que rompe en su rostro
arde
dolor de soledad
Sin adiós, sin porque
bullicio, tabaco
niebla en el alma
pregunta sin respuesta
el aroma de ese bar
se hace agrio
se hace amargo
siente frío
aunque afuera, brilla el sol.
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