Un ruiseñor sin sentido
hoy entró por mi ventana
en rápido vuelo errante
dio alegría a la mañana.
Sus alitas muy ligeras
agitaba sin cesar
no encontraba nuevamente
el lugar para escapar.
Le agité los dos pañuelos
para mostrarle el camino
lo encontró y salió volando
enmarcado en azulino.
Vuela, vuela pajarillo
disfrutando libertad
yo quisiera ir en tu vuelo
¡Palabra que es mi verdad!
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