El sueño se aleja
en torbellino de trazos,
el influjo renace,
ardiendo como hojarasca.
Vienen imágenes de mil ayeres
sin después.
Hoy es la noche quien inspira.
La marea arrastra.
El blanco papel toma color,
huele a vida.
El silencio tiene voz,
es el tambor de luna,
violines de estrellas.
La cascada del sauce, silba en los oídos,
crece la quietud.
Corren ríos de tinta en la hora plácida
la carne descansa
el espíritu despierta
en garabatos
de sus memorias.
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