Es solo un punto, en el espacio infinito
que es de todos y de nadie.
Un segundo,
hasta que la última hoja se pierda.
La cubren, pesan, ahogan
su raiz adormecida.
Vacío sin mañana,
harta, de los oídos hartos,
del laberinto,
de la tela de araña que la envuelve,
de cambiar almanaques que no cambian.
Alimenta el dolor
con la cobardía que no cesa.
que es de todos y de nadie.
Un segundo,
hasta que la última hoja se pierda.
La cubren, pesan, ahogan
su raiz adormecida.
Vacío sin mañana,
harta, de los oídos hartos,
del laberinto,
de la tela de araña que la envuelve,
de cambiar almanaques que no cambian.
Alimenta el dolor
con la cobardía que no cesa.
Este poema me transmite angustia y cierta opresión.
ResponderEliminarHay una necesidad de respirar aire puro, de libertad.
Interesante.
Gracias Antonio por pasar por mi blog y dejar tu comentario.
EliminarTremendo el poema..!!! Profundo,me ha conmovido..Los mios son unos bebes comparados con este...Wow precioso.! Me he quedado por aca..te invito a pasar por el mio.Un calido saludo :)
ResponderEliminarIdolidiaglez22.blogspot.com
Idolidia, pasé por tu blog, me ha gustado, gracias por estar por aquí. Un saludo afectuoso.
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