Inquilino de la vida
Alejé lo que oscuro en el pasado
mantenía mis lágrimas saladas
en el puerto del duelo siempre ancladas,
dando así mi dolor por terminado.
Por disfrute de nuevas alboradas,
los ocasos perdidos he dejado,
al camino que hube caminado
le apagué luminarias ya gastadas.
Sin poder encenderle nuevas luces,
es oscuro el presente y el destino
que me muestra caída sobre bruces.
No me absuelve de errores el camino,
ni me quita los clavos de mis cruces,
mas, me tiene en la vida de inquilino.
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