Mi momento en el mundo.

domingo, 28 de junio de 2015

DIEZ AÑOS

Día gris, invierno sin frío,
hojas doradas sin caer,
una palmera estática a lo lejos
se mezcla entre las paredes de la casa de enfrente.
El sonido de una moto rompe la tarde,
un saludo se escucha lejano,
un adiós que se asemeja a ese
que no pudiste darme hace diez años,
un saludo que te dí y no se si escuchaste.
Tu sueño estaba lejano,
vaya a saber desde donde o por donde.
Me queda el recuerdo de tu piel tibia,
de tus ojos sin mirada, de un último beso,
de un último “Te quiero” que quizás escuchaste
antes de entregarte mansa a tu destino.
Hoy hace diez años, no parece,
si ayer todavía me sonreías con tu mueca resignada,
tu gesto dulce, tus ojos color miel
llenos de amor y perdón.
¿Será cierto que hay un cielo?
Si es cierto, seguramente tu habitación
en Su casa es llena de calma, de luz,
tus ojitos se alargarán para mirarme de vez en cuando,
y tus manos me acariciarán mientras duermo,
me consolarás mientras el llanto brota anegando mi alma,
seguramente estás en la cocina mirándome
y te arrimarás como hacías, para sentir el aroma de la comida.
En este sillón, que ya no es de color naranja,
estarás descansando mientras trabajo
y me acompañarás desde ahí mientras descanso.
Las flores nuevas o viejas no dicen nada,
porque sé que no estás ahí,
aunque siento la necesidad de visitarte
y me frena el dolor por no tenerte.
Es gris este día
fue gris aquel soleado día,
hoy se hace más negro todavía.
Si es verdad que hay un cielo después de este cielo,
entonces podrás oír mi grito que clama
¡Te amo y te extraño tanto, madre mía!



No hay comentarios:

Publicar un comentario