Escuchamos mucho que dicen que el amor duele, que el amor es sufrimiento, que cada día es una nueva angustia.
No, no es así, el amor no duele, el amor alimenta nuestra alma, la llena de alegría, nos da la maravillosa expectativa del día que vendrá.
El amor verdadero, invade nuestros sentidos, vemos al mundo en un todo positivo, a todo le vemos solución.
Al amar, lo hacemos con locura, guardando en un cofre bajo llave, a la razón. Así sin pensar, nos largamos a la aventura de vivir enamorados.
Miramos nuestro pasado y lo vemos vacío, nuestro presente está repleto y nuestro futuro lo imaginamos de a dos y rebosando de felicidad.
El verdadero amor no lastima a nadie, porque es limpio, es puro, es la mas hermosa y mágica flor creada en el universo.
Esperamos por un beso, pues es la pócima que alarga nuestra vida, esperamos por la caricia que nos permite emprender el vuelo y ver el mundo desde el punto más alto y lo distinguimos claro y perfecto, cual aterciopelado pétalo de una rosa.
Cuando encontramos el amor, todo es belleza, queremos saludar al mundo entero y contarles a todos que lo hallamos.
Con ese amor, podemos vencer tempestades, podemos parar un tornado de dificultades, porque juntos, todo es posible.
No podemos estar lejos de nuestro amor, somos como los colibríes que necesitan una y otra vez beber el néctar de la flor.
Por eso digo y afirmo que el amor no duele, si nos duele no es amor completo, si nos duele es que solo uno ama, el otro nada da.
Cuando un amor nos está lastimando, llegó la hora de no usar el corazón, abriremos el cofre y dejaremos en libertad a la razón.
¡¡Bello!!!
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