Nací en Argentina, de padres inmigrantes, españoles los dos…pudieron emigrar a Estados Unidos, Canadá, Italia, etc. etc., pero eligieron Argentina, por lo que yo nací en este hermoso país, con un vasto territorio de fructíferas tierras, llanuras, montes, montañas, todo lo tiene este país, lugares donde el sol se siente derritiendo las neuronas y otros en donde el frío polar hace castañetear los dientes.
Si no hubiesen emigrado para aquí, yo tendría otra nacionalidad, vaya a saber cual… solo se que esto me lleva a pensar que la nacionalidad es circunstancial…casi diría que todos somos simplemente, ciudadanos del mundo.
Claro, así me siento yo, ciudadana del planeta tierra, pero aunque lo sienta así, como creo que muchas personas lo sienten, a la hora de emprender un viaje por nuestro maravilloso mundo, chocamos de narices con las fronteras, las visas, los permisos y la discriminación…
Sí, la discriminación, si eres rubio, moreno, americano, europeo, latinoamericano, doble ciudadanía, entras o te quedas en la entrada, aún teniendo todos esos inútiles papeles en regla.
Si somos ciudadanos del mundo, ¿porque no, solo piden un certificado de persona de bien, decente, honesto, sin antecedentes y te dejan circular por todo el planeta? porque el planeta es de todos, no le pertenece a nadie en especial.
¡Cuantas boberías ha creado el ser humano para impedir la felicidad y la libertad…!
La economía se globaliza, sí, el planeta vive en la “globalización” ¿De que sirve si no puedo entrar a otro país sin miles de requisitos…?
De que sirve hablar y llenarse la boca hablando de la paz mundial, si después en las fronteras, estalla en el rostro la absurda realidad de la discriminación.
¿De que sirve si sos extranjero y te hacinan en un barrio donde están todos los de tu país y no te dan la posibilidad de ir a otro mejor porque no quieren que te mezcles con los nacionales?
No me ha tocado vivir nunca las desagradables experiencias que han tenido muchos ciudadanos del mundo, para no tener que vivirlas a pesar de sentirme una ciudadana mundial no pienso cruzar ninguna frontera, bueno…tal vez la cruce…algún año…cuando ya no existan más….¿será eso posible…?
No, que va…demasiados intereses creados…ese sueño, realmente es una gran utopía.
A pesar de ello, sigo creyendo en que todos somos iguales, todos tenemos los mismos derechos, todos tendríamos que poder caminar nuestro planeta sin barreras, sin fronteras, sin razas, sin odios, sin guerras…solamente siendo felices y libres.
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