Atrapados en el pozo del silencio,
las palabras se ahogan.
Muerte de frialdad,
sin rescate.
Tu espalda se diluye entre las sombras
¿Cuándo comenzó?
! Oh culpas que amenazan, mi cordura...!
No pude llamarte,
y la mudez se hizo costumbre.
El alma seca,
tan seca como el aire,
no pronunció tu nombre
y nos perdimos,
lentamente,
en el más absoluto
adiós, de aquel silencio.
las palabras se ahogan.
Muerte de frialdad,
sin rescate.
Tu espalda se diluye entre las sombras
¿Cuándo comenzó?
! Oh culpas que amenazan, mi cordura...!
No pude llamarte,
y la mudez se hizo costumbre.
El alma seca,
tan seca como el aire,
no pronunció tu nombre
y nos perdimos,
lentamente,
en el más absoluto
adiós, de aquel silencio.
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