¡Oh estación de sol y luciérnagas!
tocas con tus rayos
mi piel hasta dorarla.
Amaina tu furia y mi cansancio,
que mi musa me cante
sus canciones secretas
Infierno que das muerte a mis ideas,
¡Dame respiro!
Y brotarán las palabras
desde el limbo donde agonizan,
sin pausa, ni reclamo.
Sol que me sumerges en el averno,
permite que el céfiro del sur
acaricie mi poesía.
Vete despacio ¡Pero vete!
¡Oh Helios, rey soberano!
Reina en tu imperio,
para que no falte en la nieve
ni arda en su esplendor.
¡Ay de mí, si no lo hicieras!
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