Me siento frente a la computadora, antes de escribir levanto mis ojos, todavía tengo la ventana abierta, la luz de la calle intenta rasgar el velo oscuro de esta noche, las perlas de lluvia caen y delante de los faroles me impactan sus reflejos multicolores, la acera brilla mojada, los charcos sobre el pavimento son espejos iluminados.
Hoy, así al pasar escuché decir a alguien: -Que feo día....- En silencio pregunté el porqué, porqué dicen feo día...? Cada día es único y maravilloso para ser vivido.
Mi mente retrocede al momento que desperté, a las seis de la mañana como siempre, sentí la melodía de la lluvia cayendo sobre el techo, seguí mi rutina de poner a calentar el agua de la pava para tomar mis mates mañaneros, con el en la mano abrí la puerta y salí a llenar mis ojos del espectáculo otoñal, todavía no estaba claro pero podía ver la vereda de enfrente transformada en un lecho dorado de hojas.
Mis sentidos me obligaron a inspirar profundo, un aire húmedo y fresco me envolvió con su aroma a hierba y tierra mojada, las ramas de los árboles casi desnudas entonaban su canción ayudadas por la brisa y los gruesos cables encargados de llevar millones de saludos y secretos por la red, completaban la música con su silbido.
¿Acaso esta hermosura puede pasar sin ser disfrutada, sin admirarla? Un día de lluvia tiene su propia belleza, no puedo decir que es feo.
Hoy el otoño me anuncia su presencia, ¡Yo estoy viva para apreciarlo....! ¿No es más que maravilloso....?
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