Dio batalla con armas que encontró,
dos cartones, la chapa y el carbón,
creyó ser fuerte pero no lo logró
quedó congelado, solo, el barbón.
Su gélido aliento se contuvo
la mirada sin vida reflejada
la sangre en sus venas se detuvo
quedose suspendido en la nada.
El frío le ganaba inclemente
y la noche sintiose desolada
al ver el ganador irreverente.
Pasó mucha gente afortunada
miró su cuerpo despectivamente
ninguna mostrose acongojada.
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